Capacidad reproductiva de la mujer y su representación en la cerámica prehispánica Tendencias de Cultura

El 90 por ciento de las figurillas prehispánicas que los arqueólogos mexicanos han recuperado durante las excavaciones en todo el país son representaciones de mujeresquienes reconocen su capacidad reproductiva y de perpetuación de la especie.

La evidencia arqueológica, afirmó el INAH, “revela la abundancia de representaciones que se hacían de madres en la época prehispánica, tanto en pictografías de códices como en figurillas de barro”.

La investigadora de la Dirección de Etnología y Antropología Social (DEAS) del INAH, María J. Rodríguez Shadow, señala, sin embargo, que en el contexto de sociedades prehispánicas guerreras, como la mexica, la mujer tenía un rol subordinado.

autor de los librosla mujer azteca“Y”Las antiguas mujeres mayasel especialista afirma que para la cultura mexica el mayor interés fue la expansión del territorio a través de invasionesy para ello, los muchachos tenían que estar preparados para el combate.

Por lo tanto, la posición de la mujer era secundaria, ya que no se integraba a estas actividades, a través de las cuales se lograba prestigio y poder. “Hubo un reconocimiento de la madre como legitimadora de los linajes gobernantes, a través de la procreación, pero no hubo una valoración igualitaria de las actividades realizadas por mujeres y hombres”.

Como describen los cronistas, las actividades de las madres en la época prehispánica se limitaban a las artes culinarias, la educación de los hijos, el trabajo manual y, por supuesto, la reproducción biológica.

La mujer fue partícipe de casi todas las actividades de las culturas prehispánicas.
FOTO: Luis Carlos Sánchez

Las mujeres infértiles eran vilipendiadas, pues como parte de una sociedad agrícola y guerrera, se necesitaba fuerza de trabajo para ampliar el pago de tributo a los tlatoani y contar con un gran ejército para extender el imperio tenochca.

Lo ideal eran las familias numerosas y, preferentemente, con varios hijos.

“Las madres eran las encargadas de enseñar a las crías a comportarse de acuerdo a su género y clase social; Se aconsejó a las niñas que no miraran directamente a los ojos, que mantuvieran los ojos. La formación educativa era parte de esa tarea ineludible que tenían”, dijo la dependencia en un comunicado.

Rodríguez Shadow cita el Códice Mendocino donde aparecen las madres mostrándoles a las niñas los castigos que recibirán si no hacen tal cosa. También se les enseñó a hilar, tejer, cocinar, entre otras tareas culturalmente asignadas a su género y edad.

“Se les enseñó sobre la sumisión que debían mostrar, su lugar en la producción, el respeto a las normas morales y los privilegios de clase, el reconocimiento de la superioridad masculina, la autoridad marital, la brutalidad militar. En general, la aceptación del orden establecido”.

Según su clase social, la mujer mexica ejercía distintos roles. Los tributarios fueron explotados como trabajadores domésticos al servicio del grupo en el poder y como reproductores; los nobles estaban destinados a la función procreadora, sin poder descuidar por ello las actividades domésticas y el trabajo textil. Asimismo, las que morían en el parto eran elevadas a guerreras.

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