Creatividad femenina, otra visión de la independencia Tendencias de Cultura

La independencia es renovación. Ser independiente es dar pasos en una dirección cada vez más personal, más política, menos dependiente, más afirmativa. Así podríamos definir la obra de los artistas que hoy comparten sus obras con el mundo, como evidencia de que ya estamos en otro milenio en el que los nacionalismos no se representan ni se utilizan como disfraz.

El arte de las mujeres del nuevo milenio se difunde por Europa en formas que rompen con los estereotipos de la mujer indígena, la madre desinteresada o la trabajadora explotada. El arte de Irene Dubrovsky es un ejemplo de las nuevas narrativas. La suya es una visión que surge de enfoques multidisciplinares, integrando la ciencia astronómica, la poética del espacio, la historia del cosmos y los fructíferos esfuerzos humanos por nombrar todo lo que rodea -espacio o materia- este minúsculo mundo en el que habitamos, tan complejo como una partícula atómica.

Cortesía: Juan Manuel Springer.

En este período de septiembre, las obras de varias mujeres decididas a fusionar arte y ciencia, filosofía con metafísica, espacio y territorio en formas arquitectónicas, música medieval y geografías decoloniales, cuerpos femeninos que, como la Vía Láctea, se extienden hacia la oscuridad para formar constelaciones. . Así es la creación femenina, que a partir de ahora quiere independizarse de la violencia, cerrando el camino a la colonización y sus cómplices.

Irene Dubrovsky (nacida en Argentina y emigrada a México durante dos décadas) mira la bóveda celeste y repasa las cartografías creadas por sistemas matemáticos. De sus contemplaciones emana la partitura visual de la performance “Celestial Maps”, presentada en el Colegio de Fonseca, en Santiago de Compostela, en la que luz, sonido, performance, música original del musicólogo Germán Díaz, especialista en instrumentos medievales, y la voz mística de la popular cantante gallega Uxia. De la mano de tan sorprendentes compañeros, la narrativa de José Edelstein nos lleva a explorar los principios de la interpretación de los astros y los primeros mapas celestes.

Cortesía: Juan Manuel Springer.

Lejos de dirigirse a un país encerrado dentro de sus fronteras o una cultura artificialmente sujeta al tiempo, Irene Dubrovsky nos transporta a través de la topografía espacial, a través del relato espléndidamente interpretado por la bella Celtia Figueiras, que representa a Læila, que significa noche en hebreo y en árabe. Del movimiento de las estrellas en nuestra galaxia, surgen los discos de metal hechos por Dubrovsky que describen su rotación, partituras reinterpretadas musicalmente en la zanfona, cuyo sonido mezcla las cuerdas y los teclados, el órgano bárbaro, antecesor medieval del órgano mecánico, y el ariston, una especie de tocadiscos del siglo XIX.

Complejidad de saberes, unión de talentos y matrimonios entre ciencia y arte, llevan al artista a crear una obra ejemplar del paradigma del nuevo saber, una mezcla de experiencia, intuición y recuperación de antiguas tradiciones científicas y visiones que unen todas las historias de la humanidad.

De la arquitectura como reconstrucción

El nombre de Tatiana Bilbao resuena hoy en el mundo gracias a la imaginación de esta ya famosa arquitecta nacida en México. La suya es una carrera oscilante entre jugar con el paisaje y la función programática de la vivienda social. Por su innovación en la búsqueda de materiales asequibles en el contexto donde surge la arquitectura, Bilbao ha sido distinguida con premios y participación en diversos foros mundiales sobre arquitectura con rostro humano. Una retrospectiva de su trabajo se presentará a partir de septiembre de 2021 en el Vienna Architecture Center, la metrópoli europea que más conceptos de vivienda social ha desarrollado durante los últimos cien años.

Tatiana Bilbao interpreta la independencia como una forma de creación autónoma.

La arquitectura es repensar el territorio a partir de las necesidades de sus habitantes, la perspectiva del entorno, el fluir de la naturaleza y la presencia del ser humano. Si la arquitectura es el resultado de una mezcla de imaginación e investigación de procesos sociales y naturales, el diseño urbano implica un desafío: evitar la reproducción de recetas funcionalistas, marcadas por formas y tradiciones racionalistas.

En las diferentes etapas de la producción de sus proyectos, comienzan por buscar materiales naturales: setas, helechos, frutos, estructuras vegetales, ambientes de luz, dando a sus bocetos creativos la sensación de ser ilustraciones de cuentos fantásticos. En soluciones específicas, sus puestos de trabajo ofrecen flexibilidad, adaptabilidad y asimetrías que abren posibilidades de crecimiento orgánico. La independencia para Tatiana sería la función derivada de la organicidad que recorre todos sus proyectos, tanto los que ha desarrollado para el Jardín Botánico de Culiacán y el Acuario de Mazatlán, como las unidades habitacionales en zonas de alta densidad poblacional en Nuevo León, Chiapas y México. Aguascalientes.

Por la diversidad de su trabajo, Tatiana Bilbao es arquitecta todoterreno. Hace realidad proyectos que requieren bajos presupuestos y facilidad de resolución con materiales básicos, como tabiques y hormigón armado. Las edificaciones que diseñó para el proyecto artístico de Talpa Jalisco, zona de romería de la Virgen del Rosario, son obras cuya vitalidad demuestra la capacidad de la arquitectura para comprender los usos del suelo, ofreciendo una expresividad original con materiales de construcción de uso común. , en función de espacios habitables multimodales.

Por José Manuel Springer

CAMARADA

Deja un comentario