Deseando mucha mierda en el teatro, ¿es de mala educación? Te contamos esta y otras creencias Tendencias de Cultura

El mundo del teatro es tan supersticioso como cualquier otro campo, seguro que habrás escuchado que los actores no se desean buena suerte, sino al contrario, se desean ‘mucha mierda’, algo que parecería ofensivo pero que para productores y participantes de una puesta en escena en el escenario son signos de buenos augurios y una forma de desear el éxito.

La frase escatológica de ‘mucha mierda’ es utilizada por los actores y participantes como un buen augurio, entre los siglos XVII y XVIII se cree que la frase provenía de los dichos de personas que trabajaban en escenarios de teatro especializados.

En ese momento, la gente adinerada solía viajar en carruajes tirados por caballos, los ocupantes descendían para presenciar el trabajo, mientras tanto, conductores y caballos esperaban a que terminara la puesta de sol para transportar a su amo de regreso a casa.

Durante este tiempo, los animales ciertamente vaciaron sus intestinos, no hubo ‘baño’ para los equinos y todo el patio donde estaban estacionados los carruajes estaba abarrotado de excremento.

Cuando los trabajadores vieron eso, se dieron cuenta de que el teatro estaba lleno y se pusieron muy contentos, porque eso significaba que los asistentes arrojarían una mayor cantidad de monedas a la escenario, garantizando así el pago a los trabajadores y actores de la obra. Cuanto mayor sea el número de excrementos, mayor será la recolección.

Otra versión indica que durante Edad media, los participantes en el teatro transitaron de manera itinerante, en tiempos en los que la higiene no era precisamente una de las virtudes que destacaba entre las sociedades que vivieron en esos años.

Cuando las compañías de teatro llegaban a un pueblo solían ver el desperdicio acumulado de decenas o cientos de personas en la entrada, eso significaba que se estaba realizando algún evento o feria y por lo tanto, mucha gente se habría reunido y las ganancias podrían ser significativas.

Actualmente, claro que eso ya no pasa, sin embargo, como decíamos al inicio, este tipo de expresiones quedaron profundamente arraigadas entre quienes forman parte del gremio teatral y con el paso del tiempo se han vuelto habituales.

Otras supersticiones

Usar ropa amarilla es visto como una mala educación y un signo de mala suerte, esta superstición nació en la época del dramaturgo francés. Jean-Baptiste Poquelin, ‘Moliére’ que murió en el escenario. Se dice que en febrero de 1673 Moliere estrenó la obra ‘El paciente imaginario‘, y vestido de amarillo. En plena representación se sintió indispuesto y pocas horas después falleció en su domicilio. Desde entonces, este color no se considera bueno en el escenario.

Invocar el nombre de Macbeth Entre los personajes de la obra es casi un sacrilegio, en lugar de decir eso, mencionan la frase ‘obra escocesa’, entre la gente del teatro hay un ritual en el caso de que alguien lo pronuncie para quitar la maldición: salir del teatro, escupir. en el suelo, dándose tres vueltas y gritando para poder volver a entrar en la habitación.

El origen de esta creencia no está claro, pero se menciona que el Shakespeare marcó su obra al incluir encantamientos y maldiciones auténticos en el guión, mientras que otros argumentan que a las brujas reales no les gustó el trato que recibieron en la obra y la maldijeron.

Está prohibido silbar

Silbar en el escenario es sinónimo de mala suerte. Al menos para quienes lo hacen, ya que la tradición exige que sean despedidos. Todo parece provenir de la época en que no existía otra forma de comunicación que la voz, los técnicos traspasaron las instrucciones del director a través de pitos, pero si lo hiciera otra persona podría provocar un accidente en la escena.

Nunca tejes uno prenda de lana, ya que eso significa mala suerte para todo el elenco de la obra.

El escenario no debe estar totalmente a oscuras, esta superstición va de la mano de la creencia en los fantasmas, para ahuyentarlos del escenario es necesario tener siempre una luz encendida ya sea detrás del escenario o entre palcos. Las leyendas sobre fantasmas son famosas en el mundo del teatro y una de ellas dio vida a una gran puesta en escena, la obra de Gastón Lerroux, ‘El fantasma de la ópera‘.

Nunca envíe claveles a actores o actrices, la creencia indica que durante el Siglo XIX los teatros contrataban a los participantes por temporadas y su forma de comunicar la renovación del contrato o plazo era enviando flores. Se enviaron rosas sutilmente para anunciar su estadía, pero si por alguna razón recibían claveles, era la forma más dolorosa de indicarle al actor que fue despedido.

¿Qué otras creencias o supersticiones crees que existen en el mundo del teatro?

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