El PRI, el partido que hace tres años ocupó la presidencia de la República y la mayoría de los gobiernos estatales, hoy se convierte en ‘una pequeña fiesta’ que, tras los cambios de los gobiernos estatales, sólo tendrá cuatro gobernadores en todo el pais.
Bueno, este pequeño juego podría convertirse un factor decisivo para el futuro político del país.
Yo explico.
Una de las dudas que se han expresado sobre la permanencia del llamado bloque opositor en la Cámara de Diputados es la actitud que asumirá el PRI ante diversas iniciativas de Morena.
El nombramiento de Ruben Moreira, político cercano a los moreno, como coordinador de los legisladores priistas fue para algunos un indicio de lo que podría reaparecer el llamado PRIMOR, es decir, la alianza entre Morena y el partido tricolor. El 9 de septiembre se votó en la Cámara de Diputados la nueva Ley Orgánica de la Armada de México, la cual obtuvo los votos favorables de Morena y sus aliados pero también de un un buen número de legisladores priistas, con que logró agregar 338 votos, que por cierto, hubiera sido suficiente para una reforma constitucional.
Se puede pensar que no fue una iniciativa que va a cambiar las perspectivas del país, por lo que no implica que se desmantele el bloque opositor.
Pero, de nuevo volvieron a sonar las alarmas sobre la solidez de ese bloque.
Otra pista se presentó ayer cuando el gobernador de Sinaloa, el priista Quirino Ordaz, fue propuesto por AMLO como futuro embajador en España.
En las elecciones del próximo año no hay posibilidad de que el PRI obtenga algún triunfo.
De los seis que se celebrarán, el PRI gobierna en dos, Hidalgo y Oaxaca, y lo más probable es que los pierda con Morena.
En los otros cuatro gobiernan el PAN o coaliciones que lideró este partido, se trata de Aguascalientes, Durango, Quintana Roo y Tamaulipas. Si bien el panorama para el PAN es complicado, es probable que haya más competencia en estas entidades.
Si el PRI pierde sus dos estados el próximo año, se quedaría solo en el gobierno. en 2023 solo dos entidades en la República, el Estado de México y Cuahuila.
Precisamente esos dos estados deberán renovar gobernador en 2023.
A pesar de la presencia relevante en la Cámara de Diputados, el PRI se está convirtiendo en un partido muy pequeño en cuanto a los gobiernos que tiene.
El debilitamiento del tricolor, paradójicamente, puede darte fuerza.
Como les he comentado insistentemente en este espacio, la única posibilidad de que haya una competencia política efectiva en 2024 depende de la existencia de una alianza de oposición.
Si el PRI se convierte en otro de los partidos aliados del gobierno, aumentan las posibilidades de que Morena retenga la presidencia, así como las mayorías en el Congreso y el control de la mayoría de los estados.
En la perspectiva política de los próximos años, el PRI se estaría convirtiendo en una verdadera “combinación de bisagra” es decir, uno que tiene la capacidad de inclinar la balanza hacia un lado o hacia el otro, según las alianzas que haga.
Tampoco se descarta que puede ocurrir una división del tricolor. Hay algunos dirigentes y legisladores que pueden encontrar en las posiciones oscuras puntos de vista no muy distantes de los que alguna vez tuvo el PRI.
Pero también hay otros que ven claramente a Morena como un adversario. De ahí el riesgo de división.
Un importante indicio podría llegar en las próximas semanas ya que se espera que en este período ordinario de sesiones del Congreso la propuesta de la reforma constitucional en materia eléctrica que tratará de asegurar el protagonismo de la Comisión Federal de Electricidad en el transcurso de los próximos años o incluso décadas.
Esta propuesta podría ser una prueba para observar el comportamiento político del PRI porque implicaría la primera gran reversión de la reforma energética de Enrique Peña a nivel constitucional.
En otros aspectos de la reforma energética se han realizado decisiones administrativas o incluso algunos cambios legales que buscan revertirla, pero hasta ahora no ha habido modificación constitucional.
Queda por ver si el PRI defiende la reforma que propuso un gobierno priista o apoya a Morena en su intento de volver al esquema que también establecieron los gobiernos priistas del pasado.
De lo que se puede derivar sobre el comportamiento político del PRI, las consecuencias para el futuro político del país podrían ser decisivas.