Jorge Servín Herrera, un desierto surrealista Tendencias de Cultura

Maravillándose con las pinturas rupestres que encontró en las cavernas de Chihuahua durante sus primeros años, Jorge Servin Herrera Descubrió que el arte no solo era algo estético o nacionalista, sino que su principal propósito, durante siglos, fue comunicar.

“Siempre fui un niño travieso que se sentaba con una sábana y tiza para mantenerlo ocupado, eso lo motivó a incursionar en el arte desde pequeño; sin embargo, fueron las caminatas por el desierto y las experiencias en cuevas las que me ayudaron a encontrar mi expresión en el arte ”, explicó.

Servín considera que su personalidad lo llevó a abandonar la educación formal: “En un momento en el que para ser el mejor tenía que aprender arte entre cuatro paredes. Nunca fui un hombre al que se pudiera encerrar, siempre creí en la belleza del paisaje, ese malestar me llevó a dejar de educarme formalmente e incursionar en otros trabajos, aunque sin dejar de pintar; lo que me salvó fue que años después conocí a la pintora Luisa Cano, quien me guió y apoyó para encontrarme en el arte ”, dijo.

Foto cortesía

Peces, mariposas, formas geométricas, vórtices y cruces son algunos de los elementos que componen su obra. “Los peces representan, en mi trabajo, varias cosas como la abundancia, la belleza y la sociedad; mariposas, transformación y libertad; los vórtices construidos con elementos geométricos, tiempo, espacio, nostalgia, recuerdos y trascendencia ”.

Servín ve la pintura rupestre como una forma de comunicarse, piensa que estas formas primitivas estaban formadas por símbolos que trascendían las letras y configuraban el lenguaje, pero también la evolución del dibujo y otras disciplinas.

“La comunicación y el arte pictórico representan la evolución”, señaló. Lo onírico invade la mente de Servín a la hora de crear, ya que considera que pintando entra en un mundo donde él es el único creador.

CAMARADA

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