Pese al aumento de mujeres en la economía, malas prácticas limitan su crecimiento profesional Tendencias de Economía

Al cuarto trimestre de 2022, solo el 45,9% de las mujeres mayores de 15 años trabajaban por cuenta ajena, y de estas, el 95% también realizaba tareas domésticas y de cuidado no remuneradas. Por el contrario, el 76,4% de los hombres trabajaban por cuenta ajena y sólo el 68,87% realizaban tareas domésticas.

Estas cifras forman parte del informe “La Mujer en el Mercado Laboral” presentado por Consultoras de Género y Gobierno (CGG)* en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer.

Uno de los datos más relevantes es el crecimiento del empleo femenino en 2022 en niveles previos a la pandemia. La tasa de participación laboral en 2019 fue de 44,8%, al año siguiente cayó a 41,1% por el cierre de actividades económicas, principalmente las relacionadas con los servicios. En el cuarto trimestre del año pasado alcanzó el 45,9% debido a la recuperación de este sector de la economía.

El avance laboral de las mujeres no solo tiene dificultades para atraer a más mujeres a la economía, sino también para dificultar el ascenso de las que ya están en la escala empresarial. Las mujeres, desde el inicio de su etapa laboral, tienen desventajas por la carga inequitativa del trabajo doméstico.

La doctora Virginia García Beaudoux, especialista en liderazgo con perspectiva de género, menciona que “cada hijo cada hijo le cuesta a una mujer entre dos y tres años de atraso en el desarrollo de su carrera… La maternidad les pasa factura muy alta a las mujeres de la posibilidades de desarrollo profesional”.

Las tareas del hogar no remuneradas consumen gran parte de su tiempo disponible. La brecha salarial del 14%, sumada a tener menos horas de trabajo remunerado, contribuyen directamente a que las mujeres tengan menores ingresos. Adicionalmente, la preponderancia de la mujer en el trabajo informal, que representa el 62.7% de los trabajadores en México. La precariedad de estos trabajos agrava las condiciones de desigualdad de las mujeres en México.

En México, casi el 70% de las mujeres trabajan como asalariadas, el 23% son independientes y solo el 2.7% son empleadoras. Son pocas las mujeres que ocupan puestos directivos, ya que el acceso a ellos está limitado por “techos de cristal”, que son esas barreras “invisibles” que les impiden ascender en la escala empresarial, a pesar de sus talentos y capacidades. Estos obstáculos van desde el acoso sexual y laboral, la exclusión sistemática y las brechas salariales, entre otros.

El documento permite analizar cómo, para erradicar prácticas formales e informales que afectan el desarrollo del talento femenino, es importante realizar diagnósticos profesionales dentro de las organizaciones y dar recomendaciones para conciliar la vida personal y familiar, aplicar acciones afirmativas para el crecimiento, el equilibrio la carga de trabajo y aplicar las mejores prácticas para atraer y retener el talento femenino.