Roberto Bolaño retrató a la CDMX en su literatura; esta es tu ruta cultural Tendencias de Cultura

Roberto Bolaño Avalos Nació en Santiago de Chile el 28 de abril de 1953 y vivió hasta el 15 de julio de 2003, cuando falleció en un hospital de Barcelona. España, esperando un trasplante de hígado; En su relativamente corta vida, el Escritor El chileno dejó un legado imborrable de historias que plasmó en dos decenas de libros que lo llevaron a establecerse como uno de los máximos representantes de la literatura hispánica contemporánea.

En 2003, poco antes de su muerte, Bolaño aún no era el éxito de ventas que persiguen las grandes editoriales, pero ya se había beneficiado de Premio Herralde (1998) por su novela Detectives salvajes y el Premio Rómulo Gallegos (1999) por el mismo título. Novela en el que el escritor hizo un retrato de la Ciudad de México, a través de los viajes de sus protagonistas, que recorren rincones de la gran Ciudad al mismo tiempo que capturan su esencia y su indescifrable espíritu.

Calles, barrios, barrios y rincones de la capital mexicana son expuestos por los personajes creados por este escritor rebelde que en vida tuvo un compromiso total con su espíritu juvenil, a través del cual rompió los cimientos que levantan el gran metrópoli, así como a quienes lo habitan; la CDMX No solo fue una ciudad que habitó, observó y describió, la inmortalizó en las aventuras de sus personajes, que viven en las páginas de su novela.

La Ciudad de México que vivió Bolaño

Bolaño llegó a la Ciudad de México en 1968 con su familia y gracias a sus diversos trabajos comenzó a conocer y comprender la ciudad. FOTO: Cuartoscuro

La familia de Roberto Bolaño Se mudó a la Ciudad de México en el turbulento año de 1968, donde completó sus estudios secundarios, o al menos lo intentó; hijo de León Bolaño, boxeador de profesión, y del maestro Victoria Ávalos, Roberto decidió a los 16 años dejar la escuela y se dedicó a escribir y leer a diario. Nunca concluido escuela secundaria y por lo tanto no cursó estudios superiores, se convirtió en un lector voraz que incluso lo llevó a desempeñarse como el periodista, entre otros oficios a lo largo de los años. De esta manera comenzó a caminar por las calles de la capital Mexicana y para registrar en su memoria la esencia de la gran ciudad, que años después plasmaría en sus novelas Wild Detectives.

Y aunque el CDMX que conoció Roberto Bolaño, y que lo cautivó, en su juventud está lejos de parecerse a la gran ciudad que conocemos hoy, algunas de sus novelas, en particular Detectives salvajes, aún conservan el romanticismo que Bolaño encontró en sus calles y que reflejó con gran acierto en sus textos. De la colonia histórica Guerrero, pasando por la multitud del Centro Histórico de la capital mexicana, el Escritor Chile muestra una ciudad menos cosmopolita, más homogénea pero vibrante y cautivadora.

En el CDMX Bolaño llegó a distribuir gasolina y vender refrescos a bordo de camiones en busca de un sustento, no tenía dinero, por lo que la visión que le dio la vida de la capital fue muy diferente a las historias de Octavio Paz, Carlos Fuentes y otros escritores de renombre que vivieron una faceta más próspera y que, como tales, lo evidenciaron en sus escritos. Bolaño así conoció una ciudad más cotidiana, tangible y realista; lo que vivía la mayoría de sus habitantes, era la realidad que compartía Bolaño. Una ciudad desconocida y escondida para los intelectuales de la época, de la que se enamoró y la volvió a esculpir a través de su palabras.

Las calles que caminó Bolaño Son los mismos que vemos ahora pero al mismo tiempo son diferentes. La calle Argentina, por ejemplo, donde vivió su personaje Mario Santiago, está lejos de lo que era en los años 70 y 80; como el famoso Café Habana, espacio que visitó el joven escritor y que retoma en su libro bajo el nombre de “Café Quito”. Bolaño no solo describió vidas, habló de lugares, espacios y ambientes; no solo creó personajes, también narró sus historias, anécdotas reales, alrededor de cafés, gente, cantinas y restaurantes.

La CDMX en la que Bolaño vivió su juventud dista mucho de parecerse a la actual. FOTO: Cuartoscuro

Bolaño se dedicó a retratar la ciudad que lo acogió con espíritu rebelde, juvenil, literario, fiel a sus recuerdos y vivencias; absorbió la esencia de la vida de esta gran ciudad y la pintó en un lienzo de letras, este retrato ahora se conserva como amuleto de por vida en su novela Wild Detectives. El chileno dejó para la historia un diario suyo, un retrato de su juventud y una captura casi fotográfica de un segmento de la historia del CDMX, que ya no se puede recorrer físicamente hoy en día, porque ya nada es igual, pero se puede disfrutar desde el clímax de la letra que capturó Bolaño.

Deja un comentario